Aunque los japoneses ya han repartido distribuidoras automáticas a cada cual más rara, los europeos se contentan mayoritariamente con las barritas de chocolate, bebidas y sandwiches fríos que se encuentran en las distribuidoras de las salas de espera y las estaciones.
Como innovación en el sector, la start-up Caenator ha desarrollado una distribuidora automática de patatas fritas, en colaboración con estudiantes de la universidad de Wageningen y el soporte de empresas StartLife. Por un euro y sólo 110 segundos, la máquina fríe las patatas en un baño de aceite vegetal y las sirve en una bandeja, acompañadas de una salsa (mayonesa, ketchup curry o ketchup) y de bolsitas de sal. Respondiendo a las exigencias de las empresas susceptibles de instalar la máquina en sus espacios de restauración, esta máquina de patatas no huele y es poco ruidosa. Para esto, el sistema interno ha sido realizado separando el espacio de fritura del compartimento refrigerado destinado a contener hasta 25 kilos de patatas ya peladas.
Testado en colaboración con la sociedad de restauración colectiva Sodexo, la distribuidora de patatas fritas creada por Caenator podría conseguir estar presente en los espacios específicos en los hoteles, bares, estaciones o en los espacios de pequeña restauración. "Los cocineros y los propietarios de bares y restaurantes ven la máquina como un medio de conservar o aumentar su cifra de negocio. Las compañías de transporte ven a la distribuidora como un medio de hacer menos pesado el tiempo de espera. Para los numerosos hoteles económicos, es un modo de ofrecer un servicio a sus clientes las 24 h del día los 7 días de la semana", señalaba Bastiaan Roest, antiguo cocinero y cofundador de Caenator.
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