Hay mañanas en las que apenas se da cuenta de que pulsa el botón de repetición de su alarma, ampliando el plazo para dar comienzo a la jornada unos minutos más tarde. Sin embargo, aunque despertemos, el día comienza con muchas prisas. Para algunas personas, esto nunca sucede. Para otras, es una lacra con consecuencias en su vida diaria, a no ser que tengan un jefe, clientes o profesores comprensivos.
Después de haber probado un buen número de soluciones para resolver su problema matutino sin éxito, Winson Tam creó Ruggie, un despertador muy exigente y sin posibilidad de acuerdo, a no ser que tenga un sueño muy profundo. Parecido a una balanza depositada a un lado de la cama, este dispositivo deja de sonar solo cuando registra la presencia del usuario en la superficie. Pero salir tan solo con la punta del pie para apagar la alarma no será suficiente. Este debe sentir el peso del cuerpo en la superficie durante al menos 3 segundos para parar. Tenga en cuenta que esta duración puede aumentar con el fin de tener la certeza de que se ha levantado.
Una vez con los pies en el suelo, es más difícil volver a acostarse y la mayor parte del trabajo está hecho. Y para recompensar cada mañana de éxito, el despertador lanza un sonido elegido y configurado por el usuario.
Después de lanzar una campaña de financiamiento en Kickstarter, el creador del Ruggie tuvo que darse cuenta de que estaba lejos de ser el único con sueño difícil, a la vista de la cantidad recaudada. En menos de 15 días, el proyecto recolectó más de 179.000$, por encima de los 50.000 esperados y debería comercializarse a finales de 2016.
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